ENSEÑANZAS DE LA CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI.
“La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida.
La naturaleza está llena de palabras de
amor, pero ¿Cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la
distracción permanente y ansiosa o del culto a la apariencia? Muchas personas
experimentan un profundo desequilibrio que las mueve a hacer las cosas a toda
velocidad para sentirse ocupadas, en una prisa constante que a su vez las lleva
a atropellar todo lo que tienen a su alrededor. Esto tiene un impacto en el
modo cómo se trata al ambiente. Una ecología integral implica dedicar algo de
tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar
acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al
Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia «no debe
ser fabricada sino descubierta, develada»”.
La humanidad tiene aún la capacidad de colaborar para
construir nuestra casa común”, fomentando la cultura del encuentro y de la
solidaridad. ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los
niños que están creciendo?»